Mi corazón está enfermo, y se está echando a perder.

Lo sé, estando tan oscura no pudiste evitar marcharte.

Pero de lo putrefacto nacerá la nueva vida.

Así que está bien, si aquí me quieres dejar.

Nutriré nuevos seres, y concebiré a las esperanzas del mañana.

Volveré a irradiar aquella energía

Y guiaré a través de mis ojos.

Estaré esperando, aquí en lo profundo.

A que vuelvas, y veas… lo que tengo para ofrecer

Pidió que la dejen ir, y fue liberada.
Voló y se alejó, lo más rápido que pudo.
En el majestuoso cielo, se topo con sus anhelos humanos.
En la pasajera tierra, se choco con sus miedos y pesadillas más grandes.
No había a donde volver, no había tampoco una meta a la cual llegar.
Interminable aleteo hacia ningún lugar.
En éste viaje pudo entender, la belleza de observar.
Eterno sol, jamás dejes de iluminarla.
Conviértale en mensajera de convicción y divinidad.
Dale un lugar, a éste nómada corazón
Que casado y herido, creyó jamás perder la inseguridad.
Permítele comprender, que puede aún salvarse.
Hacer reír y brillar, poder jugarse y ganar.
Mueve su voluntad, y abraza sus palabras.
No dejes que éste vacío la hunda otra vez.
Deja que esté lleno y desborde de amor.
Enséñale que una derrota es el primer paso hacia la gloria.
Que el estar hundiéndose, no es más que nacer de nuevo en un vientre.
Que el sentir soledad, anuncia la llegada de una hermosa plenitud.
Que el estar vacíos, esperando, con una ingenua curiosidad
Pronostica la llegada de tiempos que lavan, tiempos que sanan.
Y dejan nacer pureza de nuevo.