¿Quiénes somos nosotros para juzgar que está bien y que está mal?.
Veamos amigos, lo que intento explicar es que, para mi maltratar a una planta es algo horrible  pero para varios lectores quizás que una planta se muera a causa de que olvidé regarla, sea lo más normal del mundo y seguramente comprarían otra que la reemplazara.
Creamos nuestros propios altares cada día y los veneramos estimulándolos con nuestras opiniones y creencias. Pero a veces el sol quema tanto que solo obtenemos una cera aplastada que nuevamente debemos volver a esculpir.
Cuando se trata de relaciones personales, nosotros como personas con ego, solemos ser muy estructuradas. Generalmente,  la mayoría decimos que algo es bueno o malo, porque nacimos en un sistema de creencias y valores que así lo dicen. Pero la vida no es nada de eso, no es buena ni mala, solo es algo que fluye.
Y nosotros como buenos dioses sin corona, le damos el toque del juzgar.
Veamos por ejemplo el tema de las relaciones. Si alguien nos lastima o lastima a alguien cercano, esa persona es mala e hiriente. No hace las cosas correctas, diríamos. Ahora bien, eso pasa porque rara vez nos detenemos a pensar como la otra persona, y difícilmente lo hagamos desde un punto tercero, que no tenga que ver conmigo ni con la otra persona. De esa manera estamos alimentando el ago, nos dejamos cegar por nuestras opiniones y no dejamos espacio para nuestra conciencia.
Si alguien hirió mi manera de pensar, es mala. Porque yo puedo enojarme, engañar, lastimar y hasta mentir, porque ¡tengo mis propias razones y son suficientes y correctas! Pero las suyas no eran buenas, ¡juro que sus intenciones eran malas!
Entonces, yo soy bueno, porque tengo motivos, y los motivos del otro no tienen sentido. Todas las personas tenemos motivos suficientes y buenos, porque así lo pensamos. Nadie difícilmente piense que sus motivos sean equivocados. Pero si podemos hacerlo con otras personas. ¿Por qué? ¿Tan felices somos creyendo lo que somos?
Siempre he oído decir de la gente frases como “siempre obtengo lo que quiero” o alguna otra como “quiero eso y haré lo imposible para conseguirlo?
La felicidad es simple, la vida lo es. Yo no creo que alguien sea feliz teniendo lo que quiere cada vez que lo desea, porque si eres feliz, estarías lleno y desbordante de alegría todos los días, y no necesitarías pedir nada más que lo que tienes para agradecer HOY. En cambio obteniendo lo que quieres, solo te llenas un momento. Y después el hambre sigue, porque estás comiendo chatarra.
Las personas somos niños toda la vida, en el sentido que somos bebes espirituales. Necesitamos de nuestra experiencia de todos los días para crecer. Y a veces, nos estancamos. Porque nos caemos y nos sentimos mal. ¡Víctimas del mundo!. Entonces nos comportamos como niños, que se caen y los padres corren y hacen cualquier cantidad de malabares y cosas para que el niño deje de llorar.
Y así vamos manipulando a las personas, aprendemos que… si queremos amor, no necesitamos darlo. En cambio de trabajar duro por algo, nos tiramos al suelo, nos lastimamos y alguna persona piadosa se quedará con nosotros toda la vida para mimarnos y hacernos sentir bien otra vez.  Así lloramos, y buscamos todas las razones que tendríamos que tener para manipular a alguien que esté cerca y convencerlo de que nos han lastimado. Nos han herido y nosotros solo somos víctimas.
Nos conocemos tan poco a nosotros mismos, difícilmente conozcamos los motivos de las demás personas. Pero en vez de indagar por dentro, juzgamos afuera como grandes dioses.  Culpar a alguien es fácil, decir que está bien y que está mal es más fácil todavía. Pero asumir las responsabilidades de lo que hacemos y cumplir con lo que creemos bueno o malo está a un nivel inalcanzable. Quizás yo lastimé, engañe o menti… pero no es malo, porque no me siento malo haciéndolo. Pero que lo haga otro sí. ¿Al final, entonces… no somos acaso mendigos en nuestra propia iglesia?
¿Acaso pasamos las mismas horas, que pasamos en el espejo adorando nuestro cuerpo físico, cuidando la figura y tratando de ser populares y felices a la vista de todos, en ver el reflejo de nuestra alma libre y conciente?
Dime, pasas las mismas horas que pasas hablando mal de otras personas, de lo que deberían haber hecho  o no con sus vidas, diciéndole a tus seres queridos cuando los amas y los quieres?
Yo no creo que las horas de chismes y vida social sea la misma que le dedicamos a nuestro hermoso cuerpo espiritual.
¿Te has acostado cada noche en tu cama, sabiendo que hiciste todo lo que estuvo a tu alcance para hacer felices a otros, y que le has dicho lo valiosos que son?
Quizás te hayas ido a dormir, sabiendo que hoy hablaste de tal y tal y que no hiciste mucho porque no tenías ganas, pero está bien, “porque hay un mañana”.
El pasado te genera sentimientos tóxicos, y el futuro es incierto. Si, aportaremos nuestro ladrillito para la casa del mañana, pero el momento de invertir es hoy.
No sigas aumentando de peso tu cuerpo tóxico. Crece sanamente y has que la hermosa personas que tienes dentro se vea agradable.
Si estás enojado con alguien o te sientes herido o molesto. Tratá de no ver solamente tu punto, sino también el de la otra persona. Abrí tu mente y volvete más majestuoso y feliz de lo que eres ahora.
Yo confío en ti, que estás leyendo esto. Porque viéndote he aprendido muchas cosas, buenas o malas (a mi manera, ¿verdad?) y te estaré eternamente agradecida.

Repite cada mañana, como yo intento hacerlo ¿Quién soy yo para decir esto?
Quienes somos para ser lo que somos y para ver lo que vemos.
Querete a vos mismo, como si fueras de fierro. Pero querete de verdad, no lastimes tu cuerpo… con cosas tontas que hay por el mundo. El es el que te está llevando todos los días. Mirá adentro que es lo que realmente necesitas, y tene siempre en cuenta que sos muy especial en ésta vida. Porque así lo quiere el universo. Y que si alguién está en tu camino (como vos en el mío) es porque ambos nos necesitamos y queremos. No importa cuan dolido estés por algo, el dolor es natural, desaparece con el tiempo si lo aceptás y sos conciente. Lo que dura es el sufrimiento. Porque eso es algo que creamos como personas egoístas. “Aquella persona me hizo daño”
¿Por qué? Porque no me quiere, solo por eso. Porque no me quiere como yo lo deseo, ¡me están hiriendo el ego, por eso sufro!. Porque sino hace lo que quiero, a pesar de que lo he intentando con todo lo que esté a mi alcance entonces no me valora.
Que una persona no pueda quererte del modo que pretendes no significa que sea un mal nacido o alguien que no merece tu atención. Sino más bien que te amo, que te quiso y te respetó hasta donde el mismo se lo pudo permitir. Quizás estés en otro nivel y merezcas algo más, pero no exactamente algo mejor, o peor. Simplemente algo que vaya contigo.
La vida es corta, sentarse y hablar de algo que nos molesta con las personas que nos rodean, debería ser la pavada más grande del mundo. Sin embargo es lo que más nos cuesta. En vez de eso nos juntamos a pasar tardes, dias o noches… en hablar de personas ausentes y quedarnos con esa envidia o ese rencor que nos intoxica. No te digo que es fácil, A MI ME CUESTA MUCHO. Pero empecemos por algo chiquito, muy cuiquito y que sepamos que vamos a ser capaces de cumplirlo. Como decir a quien te cruces ¡que tengas una hermosa vida! ¡que seas feliz! Y verás como tu vida cambia. Porque  piensa de joven que se puede llevar el mundo por delante y hay tiempo para todo. Pero el tiempo es más corto del que nos imaginamos.
Confío en que mis pensamientos llegaron a buen puerto. Pero amigo, de nuevo con lo mismo, esto puede ser para ti bueno o malo, lo tomas o lo dejas, pero espero que tenga un espacio en tu corazón. Así como yo siempre tengo abierto el mío para alguien tan especial como vos.

Cariños y besos de esta loca.
Lucia.

(ésto también e suna forma de disculparme por haber sido a veces un poco egoísta y querer algo solo para mi)

A un corazón de fierro, opaco y frío se le niega la compasión.
Nadie se detiene a verlo si hay primero un corazón de oro que aumenta la belleza de la vista.
Pero yo se que la talla de felicidad te queda grande en ese cuerpo lleno de vicios.
La doble mentalidad que tenés, es lo que te está destruyendo.
No se puede ocultar la vida detrás de una sonrisa. Porque ellas no saben mentir.
Ya no quedan excusas y explicaciones para disimular la desesperación.
La soledad nunca fue tu aliada, sino un simple rehén que tomaste para aparentar.
Hoy verás que todo lo que sembraste crecerá y aplastará las pequeñas semillas del amor que nunca regaste.
Nacerás de los brotes de la flor del infierno, pues has decidido seguir el camino de aquellas que destilan el rojo de un amargo atardecer.
Ojalá y no florecieras.  Ojalá y pudieras venir conmigo del otro lado de la pradera. Pero fuimos juzgados por nuestras propias acciones. Ahora ni vos, ni yo podemos evadir lo inevitable.
Sucederá aquello que siempre obviaste el tomar decisiones. Se te concederá la responsabilidad y la marca de tus movimientos.
¿Quién tendrá alas en la espalda? ¿Y quién tendrá la cruz?
Bajo el mismo cielo que compartimos te digo, que no puedes arrebatar de mi lo que nunca te dí. Tampoco puedes castigarme, ya que no fuiste y nunca serás el motivo de mis acciones. Mi luz interior, se refleja en el filo de mis ojos.
Si no soy yo quien me quiebro a mi misma, jamás alguien podrá quebrarme.
Caeré y moriré cuando lo desee, y volveré a luchar cuando recupere las fuerzas.
La mediocridad de tu ideología no tiene poder sobre mí. Esa boca no tiene la suficiente fuerza para lograr la vibración de la razón en la garganta.
Los  sueños que alguna vez robaste porque pensaste que sería más fácil lucirlos en tu rostro, ahora no son más que memorias que han oscurecido tus ojos.
Aquí nadie es rey. No se trata de amigos y enemigos. Tratar de conseguir el éxito no te hace mejor,  el querer reconocimiento es solo para quienes no tienen el valor de soportar ser igual o menos que otra persona, o conocerse a si mismo.
La persona exitosa es quien nace buena en algo y no pide trofeos. Aquel que dedica su tiempo a lograr realmente lo que le gusta  y no hace fiestas para que conozcan su castillo.
Antes podía ver en tu mirada esa razón que me obligaba a marcharme. Pero ahora se que yo lo quise ver de ese modo. Y lo vi así porque nunca me detuve pensar en que soy dueña y esclava de mis decisiones. Las ataduras se van con el tiempo, la libertad comienza cuando empezamos a vivir sin ser un Yo. La mente se aquieta cuando sabes realmente quien eres y sobre todo… la  mejor parte comienza cuando reconoces que eres nada y estás en todo a la vez.
Son solo pensamientos de ésta humilde viajera.