La madre tierra necesita sentirnos, 

seamos concientes, tomemos un tiempo...

Lejos de la angustia, lejos del enojo y de las preocupaciones por lo mundano

AMÉMOSLA, aunque sea unos minutos.

Permitan que ella sienta nuestras vibras de amor, 

pidamos perdón por cómo la hemos dañado

e inclinemos la cabeza hacia la gran madre. 

Dejemos fluir su bendición, 

a través de la paz. 

Cuidala, es quién nos ha protegido. 

Ahora es tiempo de nuestro propio sacrificio. 

En ésta jungla, el rey de poder y sombras… será derrotado solamente por la eternidad del amor. Se egoísta y convierte en un engaño, pero cuando la lluvia regrese no tengas miedo. Entrégate a ella, lava tu rostro lleno de barro y no vuelvas a caerte por acordarte que has olvidado una parte de ti.- Sigue incompleto, deja espacio para lo que traerán de nuevo las estaciones.
Lo que asecha por ti en el silencio son tus propios miedos, lucha y se un guerrero de luz, brinda bendiciones aunque desees volcar odio a quienes juzgas con rabia.

Intenta iluminarte más allá de la tranquilidad y la naturaleza, 

conviértete en instrumento de paz en el ruido de ésta ciudad y sus desgracias.
Solo en la desesperación y el “no poder” vuelven a nacer nuevas y fuertes esperanzas.
Que tu maestro interior te brinde sabiduría, y que nuestro lazo de amistad se cree y perdure a través de las dimensiones humanas y las del alma.

 

 

 

Donde se habrá ido la voluntad de barrer la calle llena de heridas, y el esfuerzo por mantener la casa de las ideas repleta de arte.No lo sé,  mis manos están descocidas y por ellas de desliza la felpa que había estado rellenado mi cuerpo todo éste tiempo.Ahora estoy vacía, y en la esquina de una casa vieja quedan solo el polvo de paredes gastadas que ya han gritado todos sus secretos.Lo único que tengo, es el pedacito de sol que se derrama por aquel olvidado jardín que observo por la ventana. Cuánto quisiera ir hasta allí, pero en la puerta me esperan las sombras de mi persona, aquello a lo que más temo. Y mi cuerpo flaco y gastado necesita el agua de la lluvia, el viento y el sol para secarse y tu perfume para volverse más suave.Ayúdame, por favor. Que no puedo moverme de ésta silla, y lo único que hago es imaginarme allí, en el pasto de mi jardín. He vertido toda mi fe en aquellas plantas, y puesto toda mi paciencia en el crecimiento de esas bellas flores. Pero en ésta oscuridad, mis manos se vuelven frías y no puedo sembrarlas aquí entro porque eso causaría que sus pétalos tengan la esencia de la angustia.Quien esté ahí, por favor escuche mi voz. Solo eso me queda, ella y mis canciones de esperanza. Mi sonrisa estrecha y el dolor que implica curvarla.