De pronto me observas llegar, te parezco algo complicado de entender. Te fijas en mí y sientes curiosidad. Al parecer, aquella niña con jeans rotos y gastados ha llamado tu atención.
Te imaginas conmigo, y te animas a pensarme.
Te divertirías conmigo, te haría reír y luego comenzarías a abrazarme.
¿Pero que dirían los demás?
Alguien que no viste lo cotidiano y se ha rehusado a usar una máscara, nunca será lo suficientemente bueno para estar contigo, ¿verdad?
¡Que loco! que tengamos que desviar la mirada de aquello que nos gusta, solo por satisfacer la necesidad de pertenecer.
¡Aguarda! Antes de acercarte, te dejo algo en claro: aquella muñeca que observas en esa vitrina, esa joven orgullosa, está viva.
Encuentro un poco desalentador el hecho de que tenga que caminar bajo aquella calle tan fría. Sin embargo, me encojo de hombros, tomo aquella chaqueta de cuero y salgo.
Son días solitarios.
Rushi.-









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